Los revueltos son un plato de lo más socorrido. Habiendo huevos en casa, que normalmente los hay, sólo hay que abrir la nevera y ver qué se puede añadir: champiñones, jamón, bacalao, espárragos verdes, guisantes... bueno, realmente cualquier verdura, carne, pescado, o incluso sobras de una comida anterior, puede servir. Además, nos resuelven tanto un primer plato o como una cena, se hace en diez minutos y está delicioso.
Este revuelto de gulas y gambas lo preparé uno de esos días con la nevera medio vacía. Por suerte, en el congelador quedaba un paquetito de gulas y unas gambas congeladas, y en un pispás pude preparar una señora cena.