Esta Semana Santa, aprovechando la visita de nuestros padres a tierras holandesas, hemos hecho una escapadita de dos días a Alemania.
Nuestro primer destino fue Bochum, donde visitamos el museo de ferrocarriles. Allí se encuentra la colección privada más grande del país, que se compone de locomotoras (de vapor, diésel y eléctricas) y vagones (de pasajeros y mercancías) de diferentes épocas, una torre de enclavamientos y un puente giratorio.
Visita obligada para todo aficionado a los trenes y también interesante para familias con niños, quienes se lo pasaban en grande entrando a los vagones, y montando en la zorrilla.
A continuación fuimos a Colonia (Köln), bañada por el río Rin y famosa por su impresionante catedral gótica de 157 metros de altura, donde se encuentran las reliquias de los Reyes Magos. Pocos más edificios históricos se pueden encontrar, ya que los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial destruyeron el 80% de la ciudad. La catedral se salvó por ser Patrimonio de la Humanidad, y aunque sufrió daños la estructura se mantuvo intacta.
Para cenar fuimos a un asador muy cerquita de la catedral, el
Peters Brauhaus. Lo vimos anunciado en nuestra guía y al pasar a verlo nos atrajo mucho, así que no dudamos en entrar.
Nos encontramos con un local grande formado por varias salas, algunas con mesas largas y otras con mesas de tamaño más normal, decorado de forma elegante y a la vez con ese ambiente de comedor tradicional.
Con tres palabras en alemán, dos en castellano y entre medio algunas en inglés, conseguimos comunicarnos con el simpático camarero, quien no tardó en servirnos estos fantásticos codillos asados con una salsa de champiñones y acompañados de patatas asadas y ensalada de col.
Estaban deliciosos: sabrosos y a la vez muy suaves. Al principio no parecían tan grandes, pero acabamos más que llenos. Muy recomendables.
Como curiosidad pongo esta foto del desayuno del hotel. A primera vista parece un desayuno continental normal: jamón, queso, huevos revueltos, pan, yogur con cereales, zumo de naranja... pero atención a la esquina superior izquierda del plato: una mini-salchicha y un mini-frikadel (o mini-hamburguesa).
Y para el próximo día la segunda parte de la escapada: Aquisgrán.