Después de casi un mes de parón en el blog a causa de viajes y otros menesteres, aquí vuelvo con esta pedazo receta de mi amigo Alex. Este ossobuco nos lo preparó en la cena de Navidad del año pasado, siguiendo la receta de su madre y a todos nos encantó. Después de pedirle la receta un par de veces, la semana pasada nos invitó a su casa a cenar y a seguir toda la preparación del plato. Así que nada, allá que me fui con la cámara y mi cuaderno, y este es el resultado.
Según me explicaba la receta veía que era muy sencilla y parecida a los guisos de carne que hacemos en casa: sofreir la carne enharinada, pochar las verduras y dejar cocer todo a fuego lento durante un buen rato. Entonces, ¿por qué tenía ese sabor tan distinto? Para empezar la salsa lleva en vez de cebolla una hortaliza para mí desconocida hasta ahora: el apio nabo. Además la salsa lleva ralladura de naranja, tomillo y albahaca, que le da un gusto muy distinto. Y lo que también me encanta de esta versión del ossobuco es que deja cocer la carne hasta que se desprende del hueso y prácticamente se deshace. Eso es porque queda tan tan tierna...
Acompañado de pasta y un poco de queso rallado si se desea, este plato es un éxito asegurado.
