Después de una semana de vacaciones en Andalucía donde hemos podido disfrutar de su historia, monumentos, naturaleza, playas, sol y, por supuesto, buena comida, hemos vuelto enganchados al gazpacho, que tan bien sienta con las altas temperaturas.
Y bueno, aquí en Holanda no es que haga mucho calor pero cualquier escusa es buena para disfrutar de esta sopa fría tan deliciosa y completa. Además, es una forma super práctica de poder llevar en una botellita una buena ración de vitaminas a cualquier lado, ya sea a la oficina o a la playa. Aquí lo veis presentado en forma de chupito para un picoteo o una fiesta, pero para comer en casa mejor un cuenco más grande, que cabe más, jeje!
Esta versión la aprendió "el pinche" de su madre, aunque las proporciones empezó haciéndolas a ojo hasta que le cogió su punto favorito. Y es que en esta receta los ingredientes siempre suelen ser los mismos y sólo las cantidades cambian al gusto de cada uno.
Así que ya sabéis, id ya mismo a comprar esos tomates que ya están deliciosos a las puertas del verano para preparar este delicioso gazpacho ;)